Publicado por Gomez Oviedo el 19 Oct a las 10:46 AM
El suelo radiante se ha convertido en los últimos años en uno de los sistemas de calefacción más utilizados en las viviendas. De hecho, las constructoras utilizan este tipo de suelos y sistema de calefacción como valor diferencial en los pisos y casas de obra nueva.
Para instalar un suelo radiante no es necesario que la vivienda sea nueva. Se puede realizar la instalación desde 0 en cualquier tipo de vivienda pero teniendo en cuenta una serie de procedimientos y pasos necesarios para su correcta instalación y eficiencia energética.
Por eso, en este artículo vamos a realizar una guía paso a paso sobre cómo hacer la instalación de un suelo radiante. Pero antes de nada, es fundamental saber qué es y cómo funciona un suelo radiante.
El suelo radiante es un sistema de calefacción colocado debajo de la superficie del hogar que irradia calor por toda la planta debido a la distribución de tuberías o cable conductor alrededor de toda la casa.
Los suelos radiantes pueden ser de dos tipos, eléctricos, de uso menos frecuente, que funcionan gracias cables conductores de calor y los suelos radiantes de agua. Estos últimos son los más utilizados y su funcionamiento es el mismo al de los radiadores convencionales de gas o eléctricos. El agua caliente circula a través del circuito de tuberías.
Debido a que esta guía se va a centrar en la instalación de un suelo radiante de agua, las ventajas que compartimos a continuación hacen referencia a este tipo de emisores térmicos.
La instalación de un suelo radiante tiene cierta dificultad, por lo que antes de comenzar recomendamos que este tipo de trabajos lo realicen personas con experiencia o perfiles profesionales.
Cuadro de colectores: El cuadro de colectores es el encargado de regular el caudal de cada circuito. Cada circuito se conecta dos veces en el cuadro colector, una de entrada y otra de salida. El cuadro de colectores debe permitir la conexión de tantos tubos como como circuitos se vayan a instalar.
Tuberías o tubos: Suelen ser de color rojo o naranja. Son tubos especiales para suelo radiante que tienen gran flexibilidad, tanto en el sentido de la ondulación como en el contrario y son duraderos en el tiempo y resistentes al cambio de temperaturas.
Placa aislante: Se recomienda utilizar una placa de alta densidad y grosor para garantizar el aislamiento. Estas placas deben tener un plástico superior con los tetones. Los tetones son los relieves que permiten encajar los tubos y fijarlos de manera serpenteante. Además estos tetones permiten unir trozos de una placa con otra y garantizar su fijación y evitar el filtrado.
Banda aislante con plástico: Banda de espuma que cuenta con una cara autoadhesiva y un plástico en el lado contrario que evita que se filtre cualquier tipo de material como el mortero, por los huecos de la pared hacia la parte inferior de las placas aislantes.
Antes de comenzar con las tareas de instalación de placas y tubos es fundamental preparar la superficie y tener un plano de la casa para poder definir los circuitos que se van a necesitar, ya que los tubos nunca se deben de cruzar y deben tener un orden correcto.
Además se recomienda que los circuitos no tengan más de 100m de tubo y que todos tengan aproximadamente la misma longitud. Por lo que este punto es crucial y es el más difícil. Recomendamos coger un plano de la casa o dibujarlo y sobre este, marcar los circuitos que se van a necesitar, por habitación.
Puede ser que en habitaciones grandes se necesite más de un circuito, por eso, es importante tener claro cual va a ser el recorrido del tubo en cada circuito, sabiendo por donde entra y por donde sale.
Una vez que se ha definido todos los circuitos sobre el papel, es necesario limpiar la superficie y asegurar que el suelo es lo más regular posible. Si existiesen irregularidades, bultos o desniveles se deben de solucionar, lijando, puliendo o añadiendo algún tipo de material, ya que las planchas deben estar lo más rectas posibles.
Una vez asegurada la regularidad del terreno se puede poner un plástico aislante o una capa de una espuma de polietileno especial. Con esto se consigue un mejor aislamiento de la superficie antes de colocar la placa, lo que ayuda a evitar pérdidas térmicas hacia abajo del circuito y por lo tanto evitamos mayor gasto energético a la hora de calentar la vivienda.
Antes de colocar la espuma aislante o la placa donde se colocan los tubos se debe instalar la banda aislante alrededor de toda la pared. La espuma aislante es autoadhesiva por lo que su colocación es bastante sencilla. Lo único que se debe tener en cuenta es que la parte inferior de la banda debe llegar al suelo.
Habrá que instalar como mínimo un cuadro de colectores desde el que se manejarán todos los circuitos del suelo radiante. Desde el cuadro de colectores se regulará el caudal y temperatura de cada uno de los circuitos conectados en las tomas de salida y entrada.
Si la vivienda tuviese más de una planta, o la planta fuese muy grande dificultando la conexión de todos los circuitos, se deberán de instalar tantos colectores como fuesen necesarios (al menos uno por planta).
El cuadro del suelo radiante suele colocarse empotrado u oculto pero en una ubicación de fácil acceso. Debe poderse abrir para regular los circuitos. A demás el cuadro de colectores se tiene que conectar con la caldera o el tipo de instalación que tengamos para calentar el agua.
Se debe colocar la placa aislante en todo el suelo. En las piezas que estén pegadas a la pared, el plástico de la banda aislante se debe colocar por encima de la placa. Este plástico evitará filtraciones entre los bordes de la pared y la placa aislante a la hora de cubrir el sistema con mortero.
Es importante colocar bien los paneles y unir panel con panel gracias a los tetones y así evitar la posible filtración de cualquier fluido. Si esta filtración ocurre, las placas se levantarán ya que el fluido se situará debajo de ellas y tenderán a flotar.
Una vez que toda la superficie esté cubierta con los paneles, es importante dibujar los circuitos desde el cuadro de colectores hacia las habitaciones, es decir, replicar lo que previamente se había dibujado en el plano de la casa pero ahora sobre las placas. Esto nos ayudará a realizar la instalación de los tubos correctamente.
Instalar los tubos es bastante sencillo y más si se han dibujado los circuitos previamente sobre las placas.
Primero se debe conectar el tubo al cuadro de colectores. Una vez conectado se va rellenando la placa desde fuera hacia dentro, haciendo un serpenteo o una caracola. Al llegar al centro, se debe hacer un giro más brusco y volver a hacer esa caracola de manera paralela al tubo e inversamente, es decir saliendo del cirquito.
Lo recomendado es que entre fila de tubos haya unos 10cm de diferencia es decir unos 2/3 huecos entre tetones de la placa. Por ello cuando se comience a colocar el tubo hay que tener en cuenta que el recorrido se va a realizar dos veces uno de fuera hacia dentro (entrada) y otro de dentro hacia fuera (salida del circuito). Debido a esto, en la colocación de entrada a la placa habrá que dejar unos 20 cm entre el tubo de la caracola, para que cuando se recorra a la inversa y se coloque de manera paralela, se pueda dejar esos 10 cm de separación.
De todos modos esta medida es orientativa. Si la habitación es muy pequeña, el circuito será muy pequeño y esta distancia se tendrá que reducir. También puede ser que una habitación sea más fría y se decida colocar mas tuberías, es decir, menos separación. Y también se puede dar la situación contraria, una habitación más cálida podrá tener un circuito con mayor separación.
Una vez que el recorrido de vuelta termine, se debe unir de nuevo con el cuadro de colectores.
Una vez que se ha realizado la instalación y se ha comprobado que la presión es correcta y no hay ningún tipo de pérdida, hay que cubrir el suelo con mortero u hormigón. Nosotros recomendamos utilizar un hormigón autonivelante para dejar el terreno lo más regular posible.
Cuando el mortero se ha secado, se debe pulir el suelo con una pulidora de suelos de hormigón y realizar el acabado final en las zonas poco accesibles con una lijadora de hormigón. El objetivo es dejar la superficie lo más lisa posible antes de la colocación de tarima o baldosas.
El mortero se puede cubrir con diferente tipos de suelos, pero siempre es recomendado preguntar al proveedor ya que hay cierto tipo de madera que no son muy resistentes al cambio de temperaturas o pueden deshidratarse creando fisuras. Por eso, antes de cubrir el suelo se debe decidir que tipo de estilo y acabado queremos para que el especialista en suelos nos recomiende la mejor solución, ya sean baldosas para suelos radiantes, tarimas y maderas, baldosas cerámicas con acabados simulando madera, etc.
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