Publicado por Gomez Oviedo el 19 Jan a las 12:43 PM
Como en todo trabajo, las labores de soldadura significan someterse a algunos riesgos. En este caso, los peligros que nos podemos encontrar varían desde problemas oculares hasta incendios, por eso es importante que antes de empezar a soldar veamos que se cumplen las medidas de seguridad.
Al soldar estamos expuestos a dos tipos de peligros: chipas y gases tóxicos que vienen de los materiales que estamos uniendo. Y el estado de los equipos que usamos para soldar, ya que si están defectuosos, nos podemos enfrentar a un choque eléctrico. Por ello las medidas de seguridad en soldadura abarca todo el cuerpo y el estado de las herramientas.
Empezamos por arriba. La cabeza y el cuero cabelludo suelen estar expuestos chipas y, por tanto, a quemaduras, debido a que muchas de las soldaduras se realizan en posiciones verticales, horizontales o sobre la cabeza.
Lo mejor: capucha o gorro que nos protejan la cabeza y el cuello.
Cuando fundimos metal y se vaporiza, los residuos se enfrían y se convierten en partículas que flotan en el aire. Si llegamos a inhalarlas irritaremos nuestra nariz, garganta y vías respiratorias, por eso debemos usar una mascarilla respiratoria. Las mascarillas se colocan debajo de la capucha de soldar y filtran el aire antes que lo inhalemos, de tal manera que estaremos protegidos frente a los humos tóxicos.
Soldar conlleva cierto nivel de ruido que a la larga puede crearnos problemas de audición. Si a eso le sumamos las chipas que se generan en este trabajo, resulta imprescindible cuidar las orejas y los oídos, ya sea con unos tapones o auriculares.
La protección de las manos en este trabajo es esencial, pues es con ellas con las que manejamos la soldadoras. En este trabajo las manos estan expuestas temperaturas elevadas, vitutas metalicas, goyas de metal fundido y radiación.
No cualquier guante nos vale, debe ser de manga larga, cubrirnos las muñecas. En cuanto a material, lo mejor sería que fuera de cuero serraje crupón y estar forrados con algodón
La ropa debe estar preparada para las altas temperaturas y los residuos que expulsan los materiales al fundirlos, así como las radiaciones ultravioletas que se producen al soldar. Un buen uniforme es ignifugo, antiestático y cuenta con un delantal de cuero para la radiación.
Unas botas que te protejan los tobillos de los restos y las chipas es una excelente opción. También se recomienda que no tengan cordones para así evitar accidentes (mejor velcro), que protejan el empeine y tengan sujeción.
Antes de trabajar hay que revisar que las máquinas de soldar que vayamos a usar estén en buen estado. Según donde vayamos a trabajar podremos elegir entre grupos de soldar electricos o equipos de soldar de gasolina si queremos una mayor autonomía.
Y siempre debemos fijarnos en las condiciones del lugar de trabajo. En este sentido debemos evitar soldar cerca de líquidos o gases inflamables, lugares húmedos para evitar un choque eléctrico o zonas que no estén bien ventiladas y que no permitan el escape de gases tóxicos.